Contra todo pronóstico, me doy cuenta que estamos aquÃ; como si del efecto Tyndall se tratara, nuestra existencia se disputa en esta realidad un tanto cruda.
La luz muestra, lo que para nuestros ojos parecÃa
invisible; cuando la obviedad es casi infantil, es cuando la perdemos de vista,
¿por qué es asÃ? No lo sé, tal vez... nos negamos a ver la realidad aparentemente
obvia, creemos saberlo todo y nos negamos a ver otras posibilidades.
El egocentrismo podrÃa ser el cáncer de la sociedad, el
otro deja de existir, se pierde la sensibilidad humana que habita en nosotros,
pedimos cambiar un mundo enfermo, cuando la enfermedad ya es parte de nosotros.
No hace mucho escuche de Humberto Maturana “El amor es la cura para el mal que
circula en el mundo,” no creo que esté equivocado.
En un mundo de ciegos el tuerto es el loco, no el rey.
¿Cómo poder concebir una realidad que no conocemos? Es lo que piensan los
ciegos.